Drawing outside the lines

Si alguna vez estuve de malhumor, si alguna vez mentí, si alguna vez lloré, estoy muy lejos de ser ese ente ahora. En esta milésima de segundo y con esta música de fondo, le sonrío al monitor y bailo con mi pierna derecha. Hoy estoy de buen humor, y si me preguntan el porque, no voy a complacerlos. Hoy estoy contenta, y tengo miles de razones para estarlo, solamente ninguna que casi todos los demás valorarían, o me acusarían de loca. Y es que es cierto que la felicidad está en las cosas más chiquitas, las más insignificantes. No hay tal crisis, y es cierto que hablar es grátis, bueno, por suerte, sonreír lo es también ¿Y entonces? ¿Por qué tendría que estar triste hoy? ¿Por qué tengo que esperar a perder todo lo que tengo (por insignificante que sea) para empezar a valorarlo? ¿Por qué no puedo estar de buen humor solamente porque es martes y estoy respirando bien? ¿Por qué no puedo sonreír únicamente porque a mi mamá le quedó lindo el color? ¿Por qué no puedo ser feliz sólo pensando que a 10 minutos de 110 hay una persona pensando en mí? ¿Por qué siempre tenemos que esperar más? No se trata de conformarse, ni de resignarse a vivir una vida, no se trata de dejar de soñar... El gallego del sábado tenía razón, las cosas no son tan dificiles como parecen, la vida es mucho más bonita cuando se sonríe, y cuando se ve sonreír. Entonces, hoy no pienso tener una crisis falsa, ni ponerme de malhumor por cosas que realmente, no tienen sentido (estas, son las verdaderas insignificantes) Hoy voy a estar contenta por lo que resta del día, y mañana, voy a ir al colegio contenta. Porque es miércoles y me espera un día expectacular por delante ¿Por qué? Porque estoy viva, y porque si hay invertido tanto dinero en mis dientes ¿Por qué no mostrarlos? Hay que sonreirle a la mitad de la semana, que la otra mitad ¡Viene mejor! Les deseo el mejor final de martes, y el mejor miércoles, señoras y señores, la vida es muy linda como para andar amargandola con idioteces. A ser feliz como una lombriz.